A la hora de contratar o cambiar nuestra tarifa de luz por otra, ya sea de otra compañía o dentro de la misma, es importante conocer qué tipos de tarifas existen y cuáles son las ventanas e inconvenientes de cada una de ellas.
Qué tarifa de luz es mejor
Antes de decidir que tarifa contratar hay que conocer nuestro hábito de consumo, qué tipo de perfil de cliente somos y la potencia que necesitamos.
Una vez sepamos esto podremos encajar dentro de un tipo de tarifa concreta, para a posteriori ya decidir con que comercializadora contratamos el servicio.
¿Qué potencia necesito?
La primera variable a tener en cuenta es la potencia de energía que necesitamos contratar.
Esto es un dato importante, ya que si contratamos más potencia de la que realmente necesitamos, nuestra factura se encarecerá innecesariamente.
Pero no solo eso, sino que también puede ser potencialmente dañino para nuestra instalación eléctrica.
La potencia a contratar dependerá del tipo de instalación eléctrica del domicilio o del número de electrodomésticos que tengas en casa.
Se puede saber cuanta potencia se necesita de varias formas:
- Una calculadora de potencia online
- Un asesor eléctrico de una comercializadora
- Un electricista
No importa el método que uses, pero este paso es imprescindible antes de pasar al siguiente y evitar contratar una potencia excesiva que haga aumentar el coste de tu factura o, por el contrario, contratar una potencia inferior a la necesaria y que puedas sufrir cortes de luz cuando tengas demasiados electrodomésticos encendidos al mismo tiempo.
Tu consumo personal
Con respecto al hábito de consumo tenemos 2 opciones:
- Consumimos más o menos la misma energía durante todo el día
- Consumimos más energía en un periodo concreto del día, por ejemplo por la noche, ya que el resto del día estamos trabajando.
Por lo tanto, nos tocará analizar un poco el número de electrodomésticos que solemos tener encendidos y durante qué horas.
Esto nos ayudará a decidir si nos interesa más una tarifa fija, con discriminación horaria o variable, en función de los días y horas que mayor consumo hagamos.
¿Tarifa fija o tarifa variable?
Para saber cuál nos interesa escoger, primero debemos conocer la diferencia entre cada una de ellas.
Tarifa fija
Cuentan con un precio estipulado al mes que no varía.
Las ventajas de la tarifa fija es que evitas sorpresas a final de mes y tienes la libertad de usar la electricidad en cualquier momento del día que no te afectará la variación del precio por hora.
Cómo desventaja, esa tranquilidad tiene un coste, y es que el precio por kWh de las tarifas fijas suele ser más alto que las tarifas variables.
Tarifa con discriminación horaria
Este tipo de tarifa, también conocida como tarifa nocturna, establece un precio fijo por kWh hora en función de la hora del día, distinguiendo entre 3 periodos:
- Horas punta
- Horas llano
- Horas valle (siendo este el más barato)
Esta tarifa es la más ventajosa para aquellas personas que concentran su consumo durante la noche (de 00 h a 8 h), fines de semana y festivos nacionales.
Tarifa variable
También conocida como tarifa indexada, se basa en el precio propuesto por el mercado mayorista, es decir, pagas por el kWh, el precio que hay en el mercado en ese momento.
Aunque a esto hay que sumarle una pequeña suma con relación al coste de la energía para que la comercializadora obtenga un beneficio por el servicio de hacer de puente entre el mercado mayorista y el cliente.
En el siguiente gráfico podemos ver cómo ha evolucionado el precio de MWh a lo largo de los últimos meses.
En el caso de que no haya grandes variaciones de precio en el mercado, esta tarifa es la que suele salir más rentable a medio-largo plazo, como por ejemplo a un año vista.
Esto se debe a que el precio por kWh es el más aproximado al precio real del mercado.
Por el contrario, con una tarifa fija, la comercializadora «infla» un poco el precio por si hay una subida del coste de la energía, no pillarse los dedos y que no sea superior lo que está pagando por ella que lo que está cobrando a sus clientes.
Tarifa plana
Este tipo de tarifa es una novedad, ya que está disponible desde no hace mucho tiempo.
Consiste en pagar una cuota fija por tu factura en función del consumo que hayas tenido durante un periodo de tiempo anterior.
Es decir, con relación a tu potencia contratada y el consumo del último año, pagarás una cuota fija cada mes, independientemente del consumo que tengas y lo que varíe el precio del mercado.
Este tipo de tarifa suele ser un poco más cara que el resto, pero es el precio a pagar por la tranquilidad de saber que cada mes pagarás siempre lo mismo.
Cómo saber que tarifa de luz tengo contratada
Para saber si te interesa cambiarte a otro tipo de tarifa, primero debes saber qué tarifa de luz tienes contratada.
Para ello, debes ir a tu factura, y en la sección de datos de contrato, fijarte donde indica «Tarifa (Peaje)», «Peaje de acceso», «Peaje de acceso a la red» o similar.
- 2.0A (Mismo precio 24 horas).
- 2.0DHA (Discriminación horaria 2 tramos).
- 2.0DHS (Discriminación horaria 3 tramos).
Pero con la incorporación de la nueva tarifa de luz supone que todos los consumidores domésticos con potencias contratadas hasta 15 kW ya contarán automáticamente con un peaje de acceso 2.0TD.
¿Cuánto cuesta cambiarme de tarifa de luz?
Cambiar tu tarifa de luz no tendría por qué tener ningún coste para ti cómo cliente, a no ser que estés atado a una permanencia de algún tipo con tu compañía actual.
Si te gustaría recibir asesoramiento gratuito para poder ahorrar en tu factura de luz, estaremos encantados de poder ayudarte.
Tan solo tienes que hacer clic aquí para rellenar tus datos y poder ponernos en contacto contigo.
